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¿Sequía informativa ó la huella del crimen?

¿Sequía informativa ó la huella del crimen?

¡A los medios de comunicación se les ha aparecido la virgen!  ¡Sí, en pleno verano, y sin tener que esperar al 15 de Agosto!

Muchos periodistas suelen quejarse de la presunta "sequía informativa" de estos meses. He escrito "presunta"... Ha sido sin querer, porque, quizás (sólo quizás), ya me haya contagiado de haber escuchado tantos días este vocablo en televisión.

Lo de que la realidad supera a la ficción no vamos a decirlo una vez más, porque ya sabemos que es así, pero lo que sí supera a todo lo superable es la barra libre de morbo que ha caído del cielo para paliar la famosa "sequía informativa".

Más de 40 personas, cuya vida estaba ya a la deriva, mueren en un naufragio en el Mediterráneo. No sólo se repite una vez más la historia, sino que además de una gran paradoja, ésta sí es una noticia digna de ser contada.

Una tragedia que sucede un día de agosto, en el que a los informativos y programas televisivos que comentan ampliamente la actualidad, además de hacer su trabajo (es decir, ejercer, alguna que otra vez el periodismo), les podría "solucionar" la dichosita "sequía informativa", no?

¡Ah, no, perdón, que ya no hace falta!

¡La sequía informativa ha desaparecido como por arte de magia!

Desde la exótica Tailandia ha llegado un tsunami informativo para quedarse durante mucho tiempo.

Periodistas de todas las cadenas retransmiten como si se tratara de una hecatombe mundial el asesinato que, presuntamente, ha cometido en el país asiático el hijo de una conocida familia de actores en nuestro país.

Claro que sí, hay que estar informados, y si se trata de sucesos, más (piensan algunos). 

Las televisiones empezaron a frotarse las manos el domingo cuando comenzó a circular la noticia. Ya se sabe que estas cosas, aunque sus protagonistas sean anónimos, rellenan horas y horas, días, semanas, y hasta meses... 

Así que no hay que ser un lince para saber que si, además alguno de los implicados es popular, conocido, o ni siquiera eso, ni te lo cuento...

En este caso, el joven acusado de asesinar a un cirujano colombiano en el paraíso tailandés es hijo y nieto de dos grandes actores españoles.

Hace ya tiempo que el periodismo, sobre todo el que se ejerce en los medios audiovisuales, perdió el norte. Pero no importa, hay que hacer audiencia como sea, que, como decía el añorado Chiquito de la Calzada, "está la cosa muy mala" y el share es el share, oye...

Con la emisión de los maratonianos programas que nos cuentan hasta el más escabroso de los detalles, asistimos a un nuevo formato de entretenimiento.

¡Enhorabuena a las cadenas, porque ha nacido el "reality show" por excelencia! ¡Menudo pastón se van a ahorrar sin tener que pagar a concursantes que entren a una casa, ó vayan a una isla caribeña para airear sus trapos sucios y no hacer otra cosa en todo el día que no sea insultarse unos a otros!

¡Qué barato sale hacer esa televisión zafia hoy día, y de paso, con los 40 grados que sufrimos estos días, intentan anestesiar a la gente otro poquito!

Por cierto, los que más criticaban este tipo de "periodismo" son los que ahora se suben a un carro del que no se van a bajar en mucho tiempo.

¡Queda el jucio, queda el veredicto, queda la sentencia! 

Mi veredicto, como el de much@s, ya está dictado:

¡Sois culpables! ¡Todos! Los que dejáis de informar de tragedias de vidas humanas que se pierden, mientras dedicáis toda vuestra parrilla informativa a destruir la vida de familias que ya tienen bastante con digerir lo que tienen encima. 

Aunque quiero pensar que no es toda la profesión, el periodismo está herido de muerte, va a la deriva, como esos pobres hombres y mujeres que se juegan la vida en el mar, y, finalmente la pierden, en el intento de buscar una oportunidad para ellos y sus hijos.

Sus vidas nunca no son noticia. En muchos casos, no lo son ni cuando se quedan para siempre en el fondo del mar.

La mayoría de medios no informan a su audiencia, lectores, oyentes... de esto, y alguno que lo hace, como hoy el telediario de la cadena pública, les dedicaba veinte segundos de "colas". (En el argot televisivo, se refiere a imágenes editadas, sobre las que se puede oir la voz del presentador comentándolas).

¡Enhorabuena a todos los que aplauden el fin de la sequía informativa, y por consiguiente, y parafraseando a la mítica serie televisiva, celebran "La huella del crimen".

¡A los demás les animo a intentar encontrar periodismo (del de verdad) por algún rincón!

1 comentario

Luis Daniel Martín -

Completamente de acuerdo. Yo no me identifico con el periodismo morboso, cotilla, sin contrastar y casi escatológico que nos está inundando. La prensa del corazón al menos tenía caché y clase para contar historias de gente de abolengo. Ahora solo se busca carnaza y eso, al final, pasa factura con la “huída” de los espectadores a las plataformas de series. Larga vida a Netflix.