"El tiempo: ese gran enemigo"
En una de sus últimas canciones, John Lennon decía que la vida es aquello que te sucede mientras estás ocupado en hacer otros planes. ¡Ni él mismo llegó a saber cuánta razón tenía al afirmarlo! Casi nunca somos conscientes del tiempo que “desperdiciamos” en planificar el futuro (algo, por otra parte, completamente absurdo), mientras se nos escapa de las manos el día a día. Si os digo que, hoy por hoy, es lo que más impotencia nos causa ¿Lo pondriáis en duda?
Hace mucho que no quiero escuchar la voz interior que, de vez en cuando, y con insolente crueldad, me recuerda que el tiempo nos está devorando sin tregua. Nuestra mente no descansa, o, quizá debería decir, nosotros le negamos ese descanso, ocupándola en enumerar todo lo que debemos hacer cuando amanezca el nuevo día. Después, cuando ese día llega a su fin, la torturamos haciéndole ver que no se ha cumplido ni la cuarta parte de lo planificado.
¿Qué nos pasa? ¿Se ha esfumado la capacidad de disfrutar el presente? ¿Quién sabe que ocurrirá mañana? ¿Acaso sabemos si estaremos aquí aún? Son muchos los que defienden el vivir cada día como si fuera el último. Pero tampoco sabemos a ciencia cierta qué haríamos si ahora mismo nos asegurasen que no habrá un mañana.
También oímos con mucha frecuencia que hay que disfrutar de las pequeñas cosas, que la felicidad es algo abstracto y un concepto relativo. ¡Cierto: cada uno puede construirse su propia “felicidad” a base de momentos! ¡Y cada instante es único, y eterno al mismo tiempo, si nos lo proponemos!
Lo irremediable y paradójico, es que, por mucho que queramos, ese presente, se convierte en pasado en cuanto se ha vivido. Para eso sirve el recuerdo, entre otras cosas: para evocar esa imagen placentera, que se acaba de vivir, o que, por el contrario, ocurrió hace tiempo. Por muy nítido que ese pasaje llegue a nuestra memoria, nunca será como vivirlo de nuevo, y ahí es donde, sin buscarla, llega la nostalgia. ¡Es el riesgo que se corre! Y, llegados a este punto, lo dijo Sabina hace años en una vieja canción.
“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”
No quiero cansaros en un día en que, quizá, esté lleno de recuerdos, recientes o antiguos. O, tal vez, algunos estéis muy ocupados preparando el futuro, y, cuando llegue, es posible que ni os déis cuenta. En cualquier caso, recordad siempre lo que dejó escrito el gran Flaubert, del que, por cierto, en estos días se cumplen doscientos años de su nacimiento:
"El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente"
0 comentarios