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"Hay días en que grito: Sálvame"

"Hay días en que grito: Sálvame"


 - ¿En qué canal vemos las noticias hoy?  -Quien pregunta es un chico de diez años, que acaba de ayudar a poner la mesa a su madre. Van a dar a las tres de la tarde, y, como cada día, la familia se dispone a comer. Mientras el padre ya ha ocupado su sitio en la mesa, que es, casualmente, el que se sitúa frente al televisor, la madre entra en el comedor con la cazuela de la sopa.

-Jopé, otra vez cocido mamá, el último día que comí con vosotros también lo pusiste.  –La que protesta es la hija mayor, que sólo puede comer en casa dos veces a la semana. Los otros tres días trabaja como teleoperadora y tiene que llevarse la comida. Por cierto, cobra por horas, a 7 euros la hora, en bruto, o sea, de ahí hay que descontar.

- Y que no falte, hija, que no falte, que ya quisieran muchas personas de las que ves cada día en la calle y en el telediario, llevarse a la boca un plato de comida caliente.
-¿Podéis callaros ya las dos, que están dando los titulares y no me entero? -sentencia el padre-

- Pues anda que te pierdes mucho, papá, -dice Javier, el pequeño.  Hoy siguen con el juicio de la infanta y su marido, los de la corrupción de Valencia y...
- Calla niño, qué sabrás tú de todo eso! Mira, hablando de Roma, parece que, por fin, ha hablado "Rita, la cantaora". A ver, a ver... Pues para decir eso, podía haber seguido en su casa detrás del visillo.
- Anda, como "las viejas del visillo" de Gran Hermano Vip - dice la madre con una risilla floja, mientras va sirviendo los cinco platos de sopa- .  Por cierto, ya quisieran también la Rosa Benito, la Raquel Bollo y todos los que están en esa casa "echarle las uñas" a un cocido como éste, que no sé yo ni lo que comerán con tanto jaleo como se traen. Venga, todos a comer que esto se enfría antes de que cante un gallo.

- ¿Qué gallo ni que niño muerto?  ¡Si la que no te callas eres tú, vamos, que ni debajo del agua! Anda, niño, coge el mando y cambíalo, que no soporto a este presentador: parece un busto parlante.
- Pero papá -dice el crío-, ¡Y qué más dará, si son todos igual! ¿O es que ya no te acuerdas que todos leen lo que están diciendo? Que nos lo dijo una vez la tía de Paco, que trabajó hace tiempo de maquilladora en un canal.
-  ¡Anda -dice la madre-  yo no me había enterado de eso! Luego llamaré por teléfono a Luisa (la madre de Paco), y que me lo cuente con todo lujo de detalles.
-  ¡Pues ya son ganas de gastar teléfono a lo tonto  -espeta el padre- viviendo dos pisos más arriba!
- ¡Qué hombre, Dios mío, todavía no se ha enterado que tenemos el asdl ése, o como se llame!
- Tarifa plana, mamá, es más fácil decirlo así, que te lías con las siglas.
- ¿Qué siglas, hija? Desde que eres teleoperadora, te has vuelto de un fino que, para qué... Anda, ve a la cocina a por la bandeja con los garbanzos y la carne.

La chica se levanta de la mesa refunfuñando, y aprovecha para contestar al último whatsapp que ha recibido. (¡Qué pesada la tía ésta, ya le he dicho antes que no le cambio el turno mañana!). Aunque murmura por lo bajo, mientras entra con el cocido, a Javi, que es un lince, no se le escapa el comentario.

- ¿Qué pasa con tu "compi", que otra vez quiere que le cambies el turno?
- Pues sí, pero ya le he dicho que “ni hablar del peluquín”.  ¡Apañada está si piensa que voy a estar yo hasta las once de la noche allí, para que la señorita no se pierda ni un segundo de la gala de Gran Hermano! Ya le he dicho que "de eso nada, monada". ¡Que si a ti te gusta el hijastro del Matamoros (que mira que es soso el pobre), yo me mondo con el Carlos Lozano, que los pone firmes a todos en un santiamén!
-Ahí te doy la razón, hija -salta la madre, que no veía momento para meter baza-  ¡Qué penica de gente, qué poca gracia, el único que tiene un poco de arte es el Carlos Lozano, que, con todo lo que se metan con él, y le llamen viejo, mira que está guapo el tío todavía!

- Esto ya es lo que me faltaba -es el padre quien ataca- Encima de que no me dejáis oír las noticias, tengo que enterarme de que te gusta el Lozano ése.  ¡Anda, que ya te vale!
- Pues sí, y no hay nada de malo en que reconozca que es un hombre muy atractivo. Pero a mí todavía no se me cae la baba como a ti, que sólo ves "el tiempo" por ésa que sale con la minifalda. Por cierto, ahora que lo pienso: niño, hay que decirle a Paco que le pregunte a su tía si los del tiempo también lo leen.
- ¡Qué pesadita con lo de la lectura, mamá!  ¿Y a ti qué más te da si lo leen, o lo cantan por soleares?

- No, hija, no, como decía la pobre Lina Morgan, que en gloria esté. ¿Cómo me va a dar igual? “La improvisación al poder”, como decían los de la Revolución Francesa. Por eso me gustan los programas donde los que salen no leen lo que dicen, y, lo que es todavía mejor, donde nadie sabe lo que va a decir ni él ni los demás.  Es todo real, hija, como la vida misma. Aunque la gente es muy mal pensada, y dicen que está todo amañado y que es parte de un guión. Pero yo te digo que no, que todo lo que pasa es verdad. Por cierto, no tardéis en comeros la fruta, que luego me tiro recogiendo la cocina más de lo previsto, y hoy no quiero perderme ni un minuto del "Sálvame", que ahora sí que está interesante...
- ¿Interesante?  ¡Lo que tiene uno que oír, interesante el Sálvame!!! ¿Cuál es el culebrón de turno?
- Pues mira, rico, será o no será culebrón que Belén Esteban y la Mila le tienen la guerra declarada a Kiko Matamoros, pero, qué quieres que te diga,  a mí me entretiene y me relaja más que la última que haya soltado  Pedro Sánchez, y lo que le haya contestado  Rajoy, o el de Podemos. Eso sí que aburre, que ya está bien, que llega otra Navidad, y seguimos sin gobierno, que te lo digo yo, y mientras tanto ya no hay tiempo para informar de tanto corrupto en los telediarios, que la gente está "hasta el moño" de tanto impresentable. Y si no, suelta a éstos y coge a los otros.  ¿Qué capítulo toca hoy del culebrón de los CristianosRonaldos, LuisEnriques, Florentinos y demás familia? Porque, ojito con que a eso se le llame información deportiva. ¡Vergüenza les tendría que dar, dedicar el tiempo de los deportes a esas "gaitas", por no decir que es un insulto a todos los demás deportistas que no juegan al fútbol.

-Y, si no, deja  también a éstos, y ponte con los Indas, Marhuendas, y compañía… a ver quién grita más. ¡Qué gracia tiene, oye, que todos esos de profesión contertulios, son los que más critican al “Sálvame”, y, al mismo tiempo, son los que más lo imitan! Por cierto, ¿Cuándo “dirigen” sus “periódicos”, si no tienen tiempo casi ni para ir al baño entre programa y programa?  ¡Que así está el patio, oye!  ¡Qué penica también lo de los periodistas, con todos los que hay en el paro, y trabajan sólo unos pocos, pero, eso sí,  en muchos sitios!!!  ¡Qué injusto! Pero mira, que no me quiero calentar, Santi, que pareces del siglo pasado, que no te enteras de nada.
- Mamá, no es que parezca, es que ES del siglo pasado. Y tú también.
- Vale, hijo, si no te digo que no, pero yo sé lo que me digo. ¡Y que no me diga lo de los culebrones, porque me endemonio! Que vosotros no habíais nacido ninguno, pero, hija, demasiado tonta era yo, que, cuando se pusieron de moda aquí, entonces sí se podía decir literalmente (y no como ahora, que se les llena la boca) que estaba toda España viendo "Cristal" o "La dama de rosa". Toda España, menos yo.

 -Que mira que yo era tonta, Alicia, pero no vi ni uno, porque me parecía que si se enteraba alguien, me iban a criticar, y luego, con el tiempo, te enteras  de que lo veía “hasta el tato”, o que el rey,  el padre de éste de ahora, bueno, el de los elefantes para entendernos, se partía de risa con Chiquito de la Calzada y hasta lo imitaba.

-¡Ostras, mamá, o sea que si en esa época hubiera existido el GH VIP ése, el rey hubiera entrado en la casa!

- Anda, anda, -interviene el padre, que llevaba mucho tiempo callado- que no decís más que tonterías. Niño, coge el mando y dale volumen a ver si nos enteramos de algo de los deportes.
- Vale, papá pero yo prefiero el programa de los Manolos, que dura más rato y lo cuentan más gracioso, porque, aquí le tengo que dar la razón a mamá, al chico éste de los deportes se le nota mucho que lo lee.
-Vaya hijo, muchas gracias, por una vez estás de acuerdo conmigo en algo, aunque ver los Manolos es como ver el “Sálvame”. Bueno, no, es peor, porque, además si yo fuera quien hubiera inventado el "Sálvame", los demandaba por plagio a todos, a los Jugones, PuntoPelotas y todo bicho viviente!!! Pero, con dos narices, hombre!!! No hay más que afinar un poco el oído con los vídeos que ponen!

- En fin, vamos a quitar la mesa, hija, que tengo que avisar a Pili por si quiere pasar a ver el "Sálvame", que me dijo ayer que tenía la tele averiada. Además, si viene, mejor, porque yo cuando lo veo con ella, es que me mondo. ¡Tiene esa gracia andaluza, que afortunadamente no pierde, aunque lleve en Madrid más de 40 años, y tienes que oír con qué guasa va comentando todo lo que van diciendo la Mila, el Matamoros, la Terelu … Les va contestando a cada uno de ellos, como si ella misma estuviera en el plató y pudieran oírla.  Dice que ella se lo pasa en grande viendo el programa, porque “nunca sabes la que se puede liar, y a mí me gusta que me sorprendan”.

- Pues mira, hoy sí que me voy a quedar con vosotras a verlo, porque estoy un poco de bajón, y el otro día me dijo la madre de Richi cuando me invitó a cenar que ella cuando se encuentra así es mano de santo, oye.  Dice que incluso le dejó chafado a su médico hace una semana, cuando fue a recoger los análisis, y éste aprovechó para preguntarle si no le renovaba la receta del ansiolítico que le había prescrito hace un mes. Ya sabes como es Teresa de directa, y con el médico ,que lo tiene hace más de cinco años, “no se corta un pelo” tampoco. Mientras se levantaba de la silla y se ponía el abrigo, le dijo con esa gracia suya:

  “Mire, doctor, qué pena que usted pase consulta por las tardes, y no pueda verlo para comprobar lo que le digo, pero si yo estuviera en su lugar, recetaría menos tranquilizantes y más paseos con las amigas por el campo y reuniones cada día en casa de una, para ver la última entrega de la familia Matamoros".
- ¿Y sabes lo más “flipante”, mamá? Que el médico, no sólo no se enfadó, sino que, bajando un poco la voz, se inclinó hacia delante en un gesto de complicidad y le dijo:
“Tiene razón, Teresa, y, a propósito  ¿En qué cree usted que va a quedar lo de Toño Sanchís? No hay derecho, luego decimos de Bárcenas…”

1 comentario

Isabel Iniesta -

Fina ironía, amiga. ¡Me ha encantado!