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¡Qué suerte, con mi edad sigo trabajando en mi pasión!

¡Qué suerte, con mi edad sigo trabajando en mi pasión!

Ahí la tienen. Es ella, todos la reconocemos en las dos instantáneas. En la de la izquierda (pensarán muchos en este momento), la vemos en todo su esplendor: joven y lozana. En la fotografía de la derecha, yo la sigo viendo joven, es decir, llena de vida y con una pasión que traspasa la pantalla.

Alguien que no suele conceder entrevistas, lo hizo anoche en el programa "La matemática del espejo", de TVE, para dejar su esencia en estado puro, como nunca antes lo había hecho.

Mari Pili Cuesta salió un día del madrileño barrio de Lavapiés con apenas 10 años, para convertirse en la grandísima Ana Belén que todos conocemos. A tan sólo dos semanas de cumplir 72, lleva más de 60 interpretando papeles inolvidables en cine, teatro, televisión, y cantando por todo el mundo con esa voz prodigiosa y singular que sólo ella tiene. 

¿Qué ha cambiado desde que empezó a triunfar? ¿Por qué sigue llenando teatros? ¿Será, tal vez (sólo tal vez), porque el talento, la pasión y las ganas de hacer bien las cosas, NO tienen edad? Ella sigue dedicándose en cuerpo y alma a lo que hace, a sus 72 años, y no es que lo haga igual de bien que el primer día. Tiene, además, a su favor, la madurez, el conocimiento y la experiencia que ha ido adquiriendo durante toda una vida

Si hacemos un paseo rápido por algunos ámbitos profesionales, hay multitud de ejemplos muy similares en todos los campos. Empezamos el repaso por una colega suya de profesión: la insuperable Lola Herrera, que a punto de cumplir 88 años, lleva 66 en activo y con el ánimo de seguir...

El gran José Sacristán, que a sus 85 años recorre los teatros de toda España, con más ilusión, y, nunca mejor dicho, más "tablas" que nunca...

Al otro lado del charco, no podemos dejar de mencionar a Clint Eastwood, actor, guionista, y, sobre todo, director de cine en los últimos años, que a sus 93 no hay quien le pare. "Ni falta que hace" (digo yo "por lo bajini").

En el mundo de la medicina, nombres como Luis Rojas Marcos (79), eminente psiquiatra que estuvo al frente de la Salud Mental, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, y cuyo optimismo y vitalidad nos contagia aún hoy.

O el cardiólogo Valentín Fuster, que ya ha cumplido los 80, y que, con toda la razón, nos "regaña" cuando afirma que "vivimos en una sociedad de consumo que se priva de lo más importante: la calidad de vida".

También hay algunos casos en televisión, como el de Pedro Piqueras (Director de Informativos de Mediaset), activo aún a sus 68 años recién cumplidos. O el de sus compañeros, David Cantero (presentador de las noticias de mediodía), con 62, y de la popular periodista y presentadora, Ana Rosa Quintana, que sigue al frente de su programa, con 67 años. También la siempre polémica Mercedes Milá (es quinta de Ana Belén: acaba de cumplir los 72), y ahí sigue, embarcada en mil proyectos, y "dando guerra".

 

Querida Ana Belén ó Mari Pili (como tú misma confesaste que te llamaban en casa), quisiera decirte algo, alzando mi voz con alegría:

¡Qué suerte tienes, que puedes seguir dedicándote a lo que mejor haces, y que no quieras dejar de hacerlo nunca! Tod@s l@s que te seguimos, estamos también de enhorabuena, pero eso es posible, porque, afortunadamente y de lo cual me alegro infinito, nunca has sufrido ni sufrirás el edadismo que hoy día lo preside todo. ¡También tienes suerte de haber encontrado a un compañero de vida, con el que llevas más de 50 años, y con el que, reconociste, "aunque no hay fórmulas mágicas, respetar el espacio y la libertad del otro, es vital". ¡Y yo que me alegro lo que nadie sabe!

Víctor Manuel San José, nuestro Víctor Manuel de toda la vida (cantautor, productor musical y cinematográfico), tu Víctor, cumplirá 76 este verano, y tampoco sufre ningún tipo de edadismo. Además, desde aquí os digo, que es una gran persona. Y pongo como ejemplo una anécdota: un amigo mío, cantautor, injustamente nada reconocido, tuvo la oportunidad de "quedar" con él, a través de alguien hace unos 30 años en el Paseo de la Castellana de Madrid, para entregarle una maqueta. Al chico le surgieron varios imprevistos para no estar a tiempo en la cita, y cuando, por fin llegó, hora y media después, no podía creerse que allí a lo lejos, Víctor Manuel (que ya era el gran Víctor Manuel), seguía esperando, sentado en un banco. (Siempre que lo cuenta, mi amigo dice que para él, al margen del resultado, eso fue lo mejor).

El veterano periodista, Iñaki Gabilondo, que cumplió 80 el pasado octubre, siempre activo y comprometido (por cierto, gran amigo de Ana y Víctor), declaraba, a propósito del edadismo, en una entrevista hace unos días "Creo que es el problema más grande que tiene ahora el mundo".

¡Creo que todo está dicho sin decir nada más! Me gustaría prestaros, a modo de cierre, unas palabras de Ana Belén a los cinco minutos de empezar la entrevista. La pasión con que fueron pronunciadas provocaron en mí una gran emoción.

"Tengo esa suerte, esa gran suerte de con la edad que tengo, seguir trabajando. He elegido algo que era mi pasión desde niña, he podido vivir de ello, y ahora que soy mayor, sigo trabajando en ello: en esa pasión que, desde niña, reconocí".


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