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CAMPO ABIERTO

Si me pusiera a escribir todo lo que tengo dentro de mí con verdaderas ganas de exteriorizarse, estoy segura de que llenaría páginas enteras, aunque, quizás, por el mismo hecho de tener tanto que decir, luego no se me ocurriera nada. Parece contradictorio, pero así  es como soy yo en realidad: toda entera una pura contradicción, y en el fondo no me disgusta, pero en ocasiones es desesperante “dar tantas vueltas” a las cosas, viendo simultáneamente el polo opuesto de cada uno, sin, al final, poder sacar algo en claro muchas veces, a no ser un río desbordado con un caudal repleto de dudas y más dudas. Pasado un momento, también me digo que, después de todo estamos en el mundo para dudar de todo y en todo momento: eso es, sencillamente,  estar  VIVOS. Incluso me atrevería a ir más allá: si no fuera así, no alcanzaría a comprender el verdadero motivo de la existencia.

 Dudar es empezar a descubrir algo, aunque en este momento no quiero introducirme a fondo en este terreno, ya que no era mi intención el hacer hincapié sobre un tema determinado, sino ponerme a escribir, y dejar que la mano me lleve y se deslice sobre el papel como un esquiador lo hace sobre la nieve, para dejar constancia de todo lo que se me venga a la mente: ALGO, no vamos a discutir ahora su importancia: digamos no viene a cuento, ya que lo que importa realmente es que la idea no ande desorientada por la cabeza, y sin cobijo, sino –como decía Bécquer- vestirla de la palabra, para poder presentarla decente ante el mundo. ¡Cuántos pensamientos vagos que pasan como un lince veloz por nuestro cerebro, los desaprovechamos, olvidándolos al instante, por no detenernos un momento y dejarlos plasmados en un simple y vulgar papel.

 Todos, absolutamente todos nosotros (estoy verdaderamente convencida de ello), llevamos, pequeña o mayor, según casos, una vocación  de escritores, no en el sentido de ver grandes titulares con nuestros nombres y obras, sino simplemente, como ya he dicho antes, abrigar las ideas por medio de unos signos convencionales. Algunos lo hacemos (no todas las veces que deberíamos), y, otros, por el contrario (no sé si llamarles la gran minoría o la pequeña mayoría) lo apartan a un lado y lo rehúyen como si fuera un acto vergonzoso para con ellos mismos. Sea como sea, y no soy nadie en este aspecto, hagamos un esfuerzo, y en el momento en el que “captemos” ese pensamiento, idea especial, o lo que sea, apresurémonos a dejarla escrita, donde sea. La cuestión es que no se pierda su esencia.  Todo esto, dicho así, puede parecer una tontería, pero no lo es, ya que puede ayudar mucho en el conocimiento de uno mismo, y es una fuente grande de consuelo en muchos momentos.

 ¡Si supieseis todo lo que tengo que arrojar al exterior por medio de la escritura!¿Qué podría deciros? De mi vida y mi percepción de las cosas: sobre todo, y, a pesar de todo, que no pierdo la capacidad de sorprenderme a mí misma y, eso, ya es algo.

Del entorno, que me gusta observar, analizar y criticar, puesto que, como yo siempre he dicho: “El filósofo observa, analiza y critica la realidad, pero ¿qué le aporta?”. Eso me pregunto yo por doble partida: los cimientos están establecidos, no hay quien cambie la sociedad, todo son palabras, promesas, discursos llenos de demagogia, líderes subidos en una tarima…….., pero la realidad está ahí, y, por lo que vemos hasta el momento, me atrevería a decir, es inamovible. No me gustaría que nadie deduzca por estas palabras que estoy siendo extremista o radical. Al contrario, trato de “mirar” desde diferentes ópticas y llegar, no a un eclecticismo, pero sí a una especie de “reconciliación” con los distintos puntos de vista.

 En cualquier caso, dejo la pregunta en el aire, porque yo me la formulo cada día: “¿Qué nos hace falta para, de una vez por todas, REACCIONAR, y abandonar este letargo, que dura ya demasiado?"

 

 

1 comentario

Julio Casás -

Me parece genial lo que has escrito.
A ver que que te parecen mis ultimas palabras a mi querido padre:
La vida es un manjar preciado
que a veces no sabemos valorar.
La suerte que tenemos al vivir,
vivir cerca de tu PADRE,
vivir cerca de tu MADRE,
vivir cerca de tu MUJER,
vivir cerca de tu HIJA,
vivir cerca de los que realmente te quieren,
sentir y gritar muy alto,
dar gracias de tener hermanos, suegros, familia, amigos.
Las prioridades a veces son muy grandes,
el amor tiene que ganar, nunca puede perder.
Hoy me he dado cuenta de que tengo
grandes personas cerca de mi …
Y ELLAS LO SABEN,
no hace falta decir nombre ni apellidos.
quizás mis energías se dirigen a mi PADRE,
sín dejar de lado a mi Santa MADRE.
No dejes de luchar PAPÁ,
tu eres demasiado grande para mi,
Tu vida no ha sido fácil,
pero tu fuerza y generosidad son muy grandes
y nunca, nunca te dejes vencer.
Te quiero, te queremos allá donde estés,
y tu recuerdo estará siempre con nosotros.